Linfoma de Células B

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Los Linfomas de Células B comprenden tanto linfomas de Hodgkin (LH) como la mayoría (80-85%) de los linfomas no Hodgkin (LNH).

Se desarrollan a partir de las células B y afectan al sistema linfático. Los linfomas de células B pueden ser indolentes o agresivos. La mayoría de los linfomas de células B son LNH, que incluyen linfoma difuso de células B grandes (DLBCL por sus siglas en inglés), linfoma folicular (LF), linfoma de células del manto (LCM) y linfoma de Burkitt.

El diagnóstico puede ser determinado a través de una biopsia de médula ósea/nodo linfático y revisión, con o sin citometría de flujo, y coloración inmunohistoquímica de los especímenes biopsiados. Adicionalmente se puede llevar a cabo análisis cromosómico para detectar traslocaciones tales como las t(14;18)(q32;q21) de IGH/BCL2. Un desarrollo emocionante en esta área son las biopsias líquidas, que analizan las células circulantes tumorales (CTC por sus siglas en inglés), y el ADN libre en la sangre (ctDNA por sus siglas en inglés), que pueden ser utilizados para realizar un diagnóstico no invasivo y el monitoreo de la enfermedad.

Conocer el origen del linfoma es esencial para determinar el mejor curso de tratamiento y el pronóstico. El tratamiento típico para los linfomas de células B incluyen radioterapia, quimioterapia y agentes dirigidos. Sin embargo, el tratamiento se ajusta dependiendo del tipo de linfoma, así como la etapa de la enfermedad. Por ejemplo, el DLBCL puede ser tratado con rituximab y ciclofosfamida, hidroxidaunorubicina, vincristina, prednisona y bleomicina (R-CHOP por sus siglas en inglés), mientras que para el linfoma folicular generalmente se utilizan agentes alquilantes y rituximab. Estos tratamientos podrían cambiar pronto, ya que ésta es una época de avances importantes y emocionantes en la investigación del linfoma y muchos nuevos fármacos y combinaciones terapéuticas están siendo probados en ensayos clínicos.